ED20140401
¿COMPLICACIONES EN SU ADMINISTRACIÓN DE INTEGRIDAD DE DUCTOS?
Estimado Lector
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De lo que se trate, si hay complicaciones algo no está bien y no es bueno que siga así. Tratándose de un plan de administración de integridad de ductos en donde además de estos hay una diversidad de equipos relacionados, personal propio y de contratistas, metas e indicadores por cumplir, entre muchos otros factores, llega a ser «en cierto modo» natural que algo tienda a complicarse y hacer que muchos temas relacionados se salgan de control y pongan en riesgo la integridad no solo de instalaciones, sino de las personas también.
El antídoto en respuesta a esta naturaleza debe ser el contar al interior de su empresa con una alta capacidad para detectar de forma muy oportuna el inicio de estas situaciones adversas, pues llega a ocurrir que se haga común el convivir dentro de la empresa con una serie de situaciones anómalas -muy graves en algunos casos, incluso durante muchos años hasta que eventualmente alguien experimentado llega al sitio y pone a todos en alerta, como luego se escucha «pone a todos a correr».
Es ahí donde a toda empresa le es benéfica la presencia ocasional o periódica de agentes externos que valoren las actividades de mantenimiento y administración de la integridad “no solo de ductos” y aportar las debidas y oportunas recomendaciones de mejora; adicional esto e independiente a las correspondientes auditorias que las entidades autorizadas señalen.
En nuestra experiencia, el éxito en su mayor parte radica en la capacidad o expertise del personal con el que se cuenta, no solo a nivel operativo o ejecutivo que sea capaz de reconocer toda situación de riesgo o fuera de norma, sino también a nivel directivo por ser quien deberá tomar las decisiones a tiempo con la respectiva canalización de recursos. Muchas veces por temas monetarios –que tienen su importancia, tiende a aplazarse por ejemplo la sustitución de ciertos equipos o partes de ellos, o por ejemplo la participación de cierto personal previsto en organigramas establecidos de trabajo; al llegar las incidencias, encontramos que aun invirtiendo en una mayor cantidad de personal o de equipos, el daño ya está hecho y los gastos habrán crecido mucho más, incluyendo por supuesto la pérdida de imagen.
Tomemos el caso de un sistema de tuberías con más de 20 años de operación en baja presión (5 kg/cm2 en promedio), con diversas fugas atendidas y una gran falta de mantenimiento principalmente por cuestiones presupuestales pero acentuado esto por la falta de pericia de su personal -que no por ganas de trabajar. Hasta que llega una serie de expertos a iniciar su estudio y mantenimiento bajo una perspectiva de administración de integridad, y dentro de la simple rutina de recorrido a su derecho de vía en compañía de los funcionarios se observan situaciones tan críticas que causaron descontento en los altos niveles, situaciones que como se comenta en el párrafo 2, habían pasado por completo desapercibidas. (Omitimos mencionar personas e instalaciones).
Atendiendo esto, y para que no se lleguen a pasar por alto situaciones que puedan representar incidencias futuras, lo mejor es realizar siempre todo el esfuerzo por contar con personal capacitado al interior de las empresas, sean Privadas o de Gobierno, independientemente al hecho de la inevitable rotación/ascensos por sistema en el caso de empresas de Gobierno. Afortunadamente existen cada vez más Centros de Capacitación especializados y reconocidos, en el caso de México por la STPS’ Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y por la IACET’ International Association for Continuous Education and Trainings en el caso de Trainers extranjeros, siendo desde luego algo menos accesible para estos últimos por factor económico.
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