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ED20141113

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CONFIABILIDAD DE DUCTOS. CONSCIENCIA Y RESPONSABILIDAD

Estimado Lector

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Las tuberías –sabemos, son el medio más seguro de transportar hidrocarburos líquidos y gaseosos desde las zonas de explotación y refinación hasta las zonas de consumo final; que sin embargo para ello sujetos al control continuo, riguroso, consciente y responsable de una gran cantidad de variables directas e indirectas –para evitar accidentes, incluso desde el diseño mismo y construcción. Accidentes es lo que queremos evitar al máximo, por ello en este documento hablaremos de cómo el compromiso decidido de proveer una capacitación continua en el personal define en gran medida el futuro rentable y seguro de las instalaciones petroleras. Hay que decir que este tema no es nuevo o desconocido, el presente contenido busca desglosar como influye y como beneficia el hacerlo bien.

Veamos. Nuestro país cuenta con una extensa red de ductos, a la que se sumarán los que se están construyendo y los programados a construir, enmarcando la necesidad en el corto plazo de contar con una mayor cantidad de personal realmente capacitado en la atención fiable y oportuna de su seguridad y mantenimiento desde la perspectiva de su integridad mecánica y confiabilidad, no solo para reducir las posibilidades de accidentabilidad sino también para aportar eficiencia al uso de recursos de las empresas y del país. Observemos que este volumen de trabajo se estará incrementando enormemente en el futuro cercano pues no importando que ya se hubieran realizado estudios y recuperación de integridad de tuberías existentes, a los pocos años nuevamente se requiere intervenir sumando a ello las nuevas tuberías instaladas; requiriéndose así de una mayor cantidad de personal debidamente preparado, pronto.

Gestionar la integridad mecánica de los ductos y lograr su confiabilidad es una actividad de muy alta responsabilidad, no se trata solamente de usar un software o una hoja de cálculo, requiere de la verdadera comprensión de todos los factores que influyen para estructurar una estrategia de trabajo conjunta a nivel de empresa (la responsabilidad es de todos) que “con visión de largo plazo” busque eliminar/inhibir (1) errores en la concepción de diseño, (2) omisiones o desviaciones en los procedimientos de construcción (3) así como en los de operación, (4) realizar inspección, evaluación y mantenimiento oportuno, adecuado y ético no solo en los factores directos sino también en los que indirectamente intervienen –incluyendo la consideración de todo escenario de riesgo, seguido esto de (5) acciones cíclicas y sistemáticas de revisión, re-definición y mejora de las acciones de administración de su integridad. La confiabilidad de ductos se obtiene como una consecuencia directa de: a) Cuando los ductos ya están operando: (1) Operarlos sin errores (2) inspeccionando, mitigando y rehabilitando oportuna y adecuadamente (3) así como analizar la integridad mecánica de cada uno de los ductos a cargo y mantener un programa de administración de su integridad, con acciones cíclicas conforme a la normatividad y regulaciones aplicables NOM 027 SESH, API 1160, ASME B31.8s, DOT 049. b) Cuando los ductos aún no se construyen: (4) Mejorar la ingeniería de diseño, (5) Mejorar las prácticas de construcción. ​La gestión de integridad y confiabilidad de ductos debe incluir el efecto las anomalías contenidas como por ejemplo corrosión y erosión o agrietamientos en la degradación de su resistencia y capacidad operativa –buscando mitigar después las condiciones por las cuales se producen, golpes, defectos de fabricación y otro tipo de daños, analizado esto entre cientos de variables directas e indirectas, que pueden abarcar en todo caso la revisión y mejora en las deficiencias en su diseño y construcción que existan, el rediseño de la protección catódica o la limpieza y calidad del producto que se transporta por ejemplo, que son situaciones que un profesional en integridad de ductos puede fácilmente detectar durante un estudio de integridad; conduciendo a la reducción de accidentes.

Observemos en esto que, no poseer (1) el conocimiento o competencia necesaria en la materia, (2) una plena conciencia de lo que hacemos o, (3) responsabilidad y verdadera ética, pueden poner en riesgo los esfuerzos de lograr un sistema confiable de ductos, desafortunadamente con muy graves consecuencias. El aspecto número 3 es un tema sobre todo moral de las personas y las empresas –en extremo importante, el aspecto 2 proviene más del nivel de experiencia en el medio y conocimiento de sus instalaciones; sin embargo, el aspecto 1 depende en gran medida de la capacitación que las personas continúen adquiriendo.

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